Rab Ovadia Yosef (3)

Una tradición halájica sefaradí

Hablar de Rab Ovadia Yosef y no hablar de Halajá es un despropósito: probablemente sea el Posek Halajá (legislador religioso) más importante del siglo XX. Tenía un conocimiento enciclopédico de la literatura judía clásica: era capaz de recitar de memoria tratados enteros del Talmud. Algunos dicen que tenía memoria fotográfica. Sin embargo, no es solo el conocimiento profundo de la Halajá lo que lo destacó por encima de otros expertos en Halajá sino su enfoque.

Rab Ovadia Yosef era sefaradí. Esto puede parecer tonto o irrelevante. Sin embargo, Rab Ovadia tomaría este origen étnico como parte fundamental de su enfoque: si tuviésemos que hacer una teoría metafilosófica de la Halajá según Rab Ovadia Yosef (o sea, analizar los supuestos implícitos y explícitos detrás de los dictámenes de Rab Yosef), nos encontraríamos que la idea de una “Halajá sefaradí” es básica en su enfoque. Esta “Halajá sefaradí” surge, según Rab Ovadia Yosef, de las propias fuentes: es un desarrollo orgánico.

El argumento basal es el siguiente: el Shuljan Aruj (escrito por Rab Yosef Karo, rabino sefaradí del siglo XVI) fue aceptado por unanimidad por todos los judíos del mundo; por lo tanto, tiene carácter normativo y obligatorio y es el libro de Halajá que tenemos que seguir en la actualidad. Este argumento es similar al esbozado por Maimónides con respecto al Talmud en su libro Mishné Torá. Sin embargo, algunos rabinos consideran que el argumento de la obligatoriedad del Shuljan Aruj es endeble: dicen que esa supuesta aceptación masiva no fue tal, aducen que la popularidad del Shuljan Aruj se debió a cuestiones tecnológicas e históricas (no necesariamente religiosas) o simplemente afirman que estamos en una época distinta a la del Shuljan Aruj, que exige una Halajá diferente.

Para entender cabalmente la postura de Rab Ovadia Yosef y sus críticas, debemos hacer una muy breve introducción a la historia de la Halajá: ésta comienza en los tiempos bíblicos, se escribe por primera vez en la Mishná, se expande en el Talmud, se complejiza aún más en los comentarios al Talmud y las responsas rabínicas, y se codifica en los grandes códigos legales. Los tiempos bíblicos son los de los profetas; la Mishná se escribe en el siglo II o III D.C . y los rabinos de esa época son denominados Tanaim; el Talmud se compila entre el siglo V al VIII y los rabinos de esa época son conocidos como Amoraim (algunos llaman Savoraim a los del siglo VII, aduciendo que fueron estos los que dieron el toque final a la redacción del Talmud pero esto no viene al caso);  entre el siglo VII y el siglo X viven los Gueonim, que explicaron el Talmud y aplicaron sus dictámenes a situaciones no contempladas por el mismo; entre el siglo X y el siglo XVI, los Rishonim (“Primeros”) siguen explicando el Talmud y algunos, para evitar la proliferación de discusiones y simplificar el estudio, codifican los dictámenes legales más importantes; las autoridades rabínicas posteriores al siglo XVI son los Ajaronim (“Últimos”). Dentro de la comunidad ortodoxa/tradicional, se acepta que un dictamen de un Ajaron no puede oponerse a la de un Rishon , ni el de un Gaón al de un Amorá, y así sucesivamente. O sea, estos títulos rabínicos, por así llamarlos, tienen un significado religioso, que va más allá de la historia y que afecta a las decisiones halájicas. Toda esta introducción es para explicarles que el Shuljan Aruj, al ser un libro escrito por un Ajaron, tiene autoridad para nuestros días precisamente porque estamos considerando que seguimos viviendo en un mismo período histórico. Ahora bien, la realidad es la siguiente: el argumento de Rab Ovadia Yosef es simplemente erróneo desde lo empírico. La verdad es que el Shuljan Aruj, si bien se transformó rápidamente en un libro de referencia, no fue aceptado unánimemente por todos los judíos del mundo: sin ir más lejos, todas las ediciones modernas del Shuljan Aruj incluyen las glosas del Rema (Rab Moshe Isserles), rabino ashkenazí que justamente lo que hace es comentar la costumbre ashkenazí cuando ésta difiere de lo codificado en el Shuljan Aruj. Más cercano a nosotros, el Shuljan Aruj muchas veces se estudia con el comentario Mishná Berura (escrito por el Jafetz Jaim, Rab Israel Meir Kagan, rabino ashkenazí que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX). Si alguna vez abren una edición contemporánea del Shuljan Aruj, verán que el texto del propio Shuljan Aruj está rodeado de comentarios, discusiones, explicaciones, glosas y debates. Es evidente que, incluso aceptando que el Shuljan Aruj es fundamental en la historia de la Halajá (cosa que creo que nadie discute), de esto no se deduce que fue aceptado como árbitro último e indiscutido. Por otro lado, también se puede argumentar que la importancia del Shuljan Aruj no es tanto por el libro en sí sino por las circunstancias históricas en las que fue escrito: con la invención de la imprenta y con la incipiente “globalización” del siglo XVI, con el comercio y las comunicaciones internacionales floreciendo, eran tiempos de circulación de ideas y de masificación de la cultura. Con esto no pretendo bajo ningún punto de vista disminuir la importancia del Shuljan Aruj ni la altura religiosa y espiritual de Rab Yosef Caro sino tener en cuenta la perspectiva histórica. Finalmente, hay un argumento bastante más polémico: la era de los Ajaronim está finalizando o ya ha finalizado y vivimos en otros tiempos, que exigen un nuevo código halájico. Allí podríamos entrar a discutir cómo definimos las eras de la historia judía y de la Halajá, y si verdaderamente entramos en una nueva era, cómo y en base a qué la definimos: ¿es por la Modernidad, por el surgimiento de los Estados nacionales modernos, por el sionismo, por la creación del Estado de Israel, por la situación legal de los judíos en el mundo contemporáneo, por las divisiones al interior del pueblo judío, por los avances científicos y tecnológicos, por un desarrollo interno del sistema legal de la Halajá? ¿Cuáles de todos estos factores son relevantes a la hora de definir la Halajá? La respuesta a estas preguntas es muy compleja y exige un conocimiento profundo, que evidentemente no tengo. Solamente planteo la cuestión como un eje por el cual se pueden entender varios debates con respecto al rol de la Halajá en el pueblo judío en nuestros días. No considero que todas las posturas sean aceptables pero es importante comprender cuál es la base filosófica que subyace a las distintas visiones.

Pero, más allá de todas estas consideraciones, vayamos a lo que nos incumbe hoy: Rab Ovadia Yosef sigue en la amplia mayoría de sus dictámenes al Shuljan Aruj. En varios casos, defiende la postura del Shuljan Aruj en contra de la de otros grandes halajistas posteriores. Esto le acarreó críticas de rabinos que consideraban que menospreciaba a grandes autoridades o que defendía innecesariamente al Shuljan Aruj, cuando había argumentos de peso para no hacerlo. De todos modos, Rab Ovadia Yosef se opuso al Shuljan Aruj en algunos casos puntuales, generalmente para permitir determinadas cosas que el Shuljan Aruj prohíbe. Esto está relacionado con su visión de la Halajá, que veremos brevemente a continuación.

Antes, quisiera detenerme en un punto interesante: ¿existe verdaderamente una tradición halájica sefaradí uniforme? ¿Acaso un judío sirio no tiene diferencias, aunque éstas sean menores o de forma y no sustanciales, con un judío egipcio? Algunos argumentan que Rab Ovadia Yosef, con su insistencia en la existencia de una tradición halájica sefaradí, ahoga la diversidad dentro de los judíos sefaradim. Es paradójico: el mismo argumento que Rab Ovadia Yosef y sus seguidores utilizan para rescatar la tradición sefaradí (“los ashkenazim tienen que reconocer que existe cierta diversidad dentro de la Halajá, y que nuestra tradición es, por lo menos, igual de válida que la de ellos”) es utilizado por sus detractores (“Rab Ovadia Yosef debería reconocer que existe cierta diversidad dentro de la Halajá y que nuestra tradición como judíos marroquíes o egipcios es igual de válida que la de Rab Ovadia Yosef”). En base a esto, se puede plantear otro debate: ¿esta vuelta a la tradición sefaradí es real o no? Si, en el fondo, no existe una tradición sefaradí unificada entonces la movida de Rab Ovadia Yosef no es una restauración sino una innovación: en vez de conservar la tradición, la subvierte desde adentro. Quiero que quede claro que no estoy dando respuestas sino planteando preguntas para abrir el debate: para poder responderlas, hay que tener un conocimiento profundo y sistemático y hacer un análisis que yo no podría hacer.

Halajá sefaradí, Halajá para el pueblo

Las características de la “Halajá sefaradí” pueden enumerarse: practicidad y pragmatismo, realismo y simplicidad. La Halajá sefaradí tiende a ser más concreta y sencilla y estar más basada en lo empírico (y no tanto en fórmulas abstractas o derivaciones lógicas, no sustentadas en la realidad material). En general, los comentarios al Talmud de los rabinos sefaradim tienden a ser más breves y concretos y muchas veces toman como base la lógica aristotélica (i.e. las nociones básicas del pensamiento lógico de su época), mientras que los de los rabinos ashkenazim tienden a tener un razonamiento mucho más abstracto y complejo, menos atado a la realidad empírica. Estoy haciendo una simplificación grosera: lo cierto es que creo que plantear la situación en términos dicotómicos de “Halajá sefaradí” vs “Halajá ashkenazí” es erróneo desde la base. Sin embargo, sí es verdad que si comparamos el concepto de Halajá presentado por Rab Joseph Soloveitchik en libros como Halakhic Man y Halakhic Mind (especialmente el último capítulo de éste) con la “filosofía halájica” de Rab Ovadia Yosef hay diferencias significativas: el primero ve a la Halajá como un sistema cerrado, con sus propias leyes internas, separado de la realidad física, con definiciones exactas y derivaciones lógicas por medio de silogismos y una metodología que nada tiene que ver con la ciencia; el segundo intenta anclar a la Halajá, dentro de lo posible, en la realidad física y tiene un enfoque mucho menos abstracto, quizás también menos coherente al interior de sus dictámenes legales, pero también más abierto a la innovación y menos «volado».

Rab Ovadia Yosef era muy conocido por ser permisivo: buscaba espacio para permitir cosas que otros Poskei Halajá hubiesen rechazado de plano. En muchos de estos casos, Rab Ovadia Yosef aclara que, si bien no es recomendable tomar tal postura, de todos modos entra dentro de lo permisible. Así, muchas personas se apoyan en los dictámenes de Rab Ovadia Yosef para hacer cosas que otros rabinos consideran prohibidas. Es por esto que, así como hay muchos que ven en esto una muestra de la grandeza y amplitud de miras de Rab Ovadia Yosef, hoy otros que precisamente argumentan que esta permisividad es excesiva y poco rigurosa ya que puede llevar a desviaciones mayores. En otras palabras, nadie puede negar la enorme autoridad de Rab Ovadia Yosef pero muchos judíos religiosos deciden no apoyarse demasiado en algunos de sus dictámenes más permisivos por considerar que están demasiado al límite de lo prohibido. Esta decisión de buscar permitir cuestiones que otros prohíben no es para nada inocente y es parte integrante de la visión halájica de Rab Ovadia Yosef: él argumenta que hay que intentar incluir a sectores del pueblo judío que, sin ser estrictamente observantes de las Mitzvot, no se oponen a la misma. Por eso, hay que intentar trabajar en favor de la totalidad del pueblo judío, y para eso hay que saber ceder en cuestiones que no son fundamentales, buscando soluciones halájicas lo más amplias posibles, siempre dentro, desde ya, de la tradición y el respeto a las fuentes. En este sentido, Rab Ovadia Yosef trabajó muy duramente para resolver el grave problema de las Agunot (mujeres casadas que no reciben el divorcio de sus esposos, por diversos motivos, y que, por lo tanto, quedan “atadas”, y no pueden volver a casarse o formar una nueva familia). En este mismo sentido, el puesto de Gran Rabino Sefaradí de Israel le sirvió como plataforma para exponer y llevar a la práctica sus ideas.

Yo creo que el enfoque de Rab Ovadia Yosef también puede entenderse como una consecuencia de la estructura comunitaria, social y religiosa de los sefaradim. Ya expliqué en el primer artículo sobre Rab Ovadia que existe una diferencia histórica fundamental entre ashkenazim y sefaradim: al no haber habido Haskalá ni Reforma entre los judíos sefaradim, tampoco hay un rechazo ideológico tan marcado a la Halajá. Esto quiere decir que la amplia mayoría de los sefaradim siguen, en mayor o menor medida, algunas Halajot y no están en contra, por principio, de la idea de una vida religiosa: pueden ser más o menos practicantes y estar más o menos interesados en seguir los lineamientos de la Halajá tradicional pero pocos discuten la autoridad rabínica. Así, es importante diferenciar entre el judío no practicante por ideología y el que no practica por comodidad o ignorancia. Rab Ovadia Yosef quiere llegar a este último, el judío que no rechaza de plano la vida religiosa sino que, simplemente, no está demasiado interesado en la misma. En la sociedad israelí, podríamos marcar la diferencia entre un Jiloni (un judío secular por ideología) y un Masorati (un judío que, sin ser religioso, cumple ciertas tradiciones, como ir al templo en las festividades o comer carne kosher, aún sin hacerlo de manera estricta). Como Rab Ovadia Yosef entiende que el Masorati (mayormente sefaradí) no es antirreligioso, intenta acercarlo, y para eso está dispuesto a dar espacio a ciertas posturas halájicas abiertas y más permisivas de lo usual.

Bueno, basta por hoy. En el próximo artículo, el último sobre Rab Ovadia Yosef, vamos a aplicar todo este bagaje conceptual a dos casos relacionados con el sionismo (los Beta Israel y los Acuerdos de Oslo). Intentaré disipar algunos malentendidos con respecto a estos dictámenes de Rab Ovadia Yosef y explicar qué es lo que permite y lo que no, y por qué. Finalmente, voy a encarar la discusión sobre si existe o no un “sionismo sefaradí” y cuáles serían sus características. Nos vemos la semana que viene.

2 comentarios en “Rab Ovadia Yosef (3)

  1. Antes que todo, quiero decirte lo fascinado que estoy por tu blog, tanto por los contenidos como por la forma de presentar las ideas, tan claro y directo. La verdad que no puedo creer que tengas solamnte 22 años!! Es una locura (en el buen sentido)!!!.
    En esta publicación escribiste:
    “el argumento de Rab Ovadia Yosef es simplemente erróneo desde lo empírico. La verdad es que el Shuljan Aruj, si bien se transformó rápidamente en un libro de referencia, no fue aceptado unánimemente por todos los judíos del mundo: sin ir más lejos, todas las ediciones modernas del Shuljan Aruj incluyen las glosas del Rema (Rab Moshe Isserles), rabino ashkenazí que justamente lo que hace es comentar la costumbre ashkenazí cuando ésta difiere de lo codificado en el Shuljan Aruj (…) Si alguna vez abren una edición contemporánea del Shuljan Aruj, verán que el texto del propio Shuljan Aruj está rodeado de comentarios, discusiones, explicaciones, glosas y debates. Es evidente que, incluso aceptando que el Shuljan Aruj es fundamental en la historia de la Halajá (cosa que creo que nadie discute), de esto no se deduce que fue aceptado como árbitro último e indiscutido”.
    Lo que escribís que empíricamente hablando el Shuljan Aruj no fue aceptado unánimemente por todos los judíos del mundo es totalmente cierto como lo demostraste. El tema es que el rabino Ovadia Yosef dice totalmente lo mismo que vos. Nunca dijo que los ashkenazim aceptaron al shuljan aruj, de hecho dijo lo contraio, que los ashkenazim deben seguir al Rema y a los demás ajaronim que siguen (Ver libro Ein Itzjak de su hijo Itzjak Yosef, tomo 3 página תכ y página תלח letra עד, ver también responsa Iabia Omer tomo 7, Joshen Mishpat, Siman 2). Sin embargo, con respecto a las comunidades sefaradíes su hijo el Rab Itzjak Iosef enumera 138 rabinos sefaradíes de los últimos 400 años que escriben que los sefaradim se conducen como el Shuljan Aruj (ver Ein Itzjak tomo 3 página לא).
    Además de esto, el rab Ovadia era consciente que inclusive entre los sefaradim no todas las comunidades se guiaban en sus ciudades de origen totalmente como el Shuljan Aruj, sino parcialmente. Lo que él sostenía era que al retornar los integrantes de esas comunidades sefaradíes a Israel, debían seguir al Shuljan aruj tal como se lo aceptó en su momento en la tierra de Israel por ser la autoridad rabínica (Mará Deatrá) de Israel (ver ídem página קכ hasta ריז, principalmente sobre los yemenitas, maroquíes, sirios e iraquíes).
    Como vos escribiste, el mismo¨”Rab Ovadia Yosef se opuso al Shuljan Aruj en algunos casos puntuales”, tal es el caso de las costumbres bien establecidas anteriores al Shuljan Aruj (ver ídem página שסז), en caso de bendiciones dudosas (ídem רצב), en casos matrimoniales graves “Ervá” (ver ídem página קצ), en casos de doble duda halájica “safek sefeká” (ídem página צט) y en lo respectivo a oraciones y rezos que nos conducimos como el rabino kabalista Itzjak Luria y no como el Shuljan Aruj (ídem página קעח). Quiere decir que ni para el rab Ovadia es absoluta la autoridad del Shuljan Aruj.
    Te adjunto el link del libro Ein Itzjak del cual cité casi todas las fuentes, que creo que te va a interesar mucho el libro para el concepto de la halajá sefaradí en general y del rab Ovadia Yosef en particular-
    http://hebrewbooks.org/56804
    Me encantaría conocerte y podeder hablar personalmente de más temas, porque te reconozco que son fascinantes tus ideas y escritos. Yo no sé mucho de sionismo, pero si me encanta el tema de halajá y modernidad (que vos escribís fenomenal de eso) y la idea de la halajá sefaradí (que también lo desarrollaste espectacular). Tengo algunos datos que seguramente te van a interesar.
    Todo lo mejor y un verdadero placer poder leer tu blog! Éxitos!!
    Abraham

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    • Hola Abraham,
      !Guau! !Qué gran comentario el tuyo! Reconozco que no soy experto para nada en Halajá y agradezco tus explicaciones: pienso que dejan en claro muchas cosas que ni yo sabía, o que no pude explicar del todo bien. Vos lo decís de manera muy clara y reconozco que pude haber pecado al dejarme llevar cuando escribí, sin leer las fuentes con mayor detenimiento. Agradezco de verdad tu aporte, porque creo que echa luz algunas cosas que no expliqué, o directamente expliqué mal.
      Me encantaría que charlemos. Estuve ojeando por encima el libro que pasaste y parece súper interesante, ahora estoy sin computadora pero cuando tenga algo de tiempo e Internet, voy a leerlo con más tranquilidad.
      Podés mandarme un mail a meredhakadosh@gmail.com y arreglamos para vernos (o la seguimos por ahí).
      Un abrazo!

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